El primer paso para una experiencia que guía mi futuro. Soy una estudiante de la UCLM en el grado de Maestra de Ed. Primaria. En este rinconcito de Internet, cuento mis vivencias en las prácticas dentro de un colegio.

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jueves, 26 de noviembre de 2020

Profesora nueva y profesora de prácticas.

Mi tutora me comentó que la profesora de Ciencias Naturales y Sociales es nueva. Lleva exactamente el mismo tiempo que yo y por lo tanto debemos ayudarnos.

Al principio me daba algo de respeto “aconsejar” a una profesional titulada. Puede que yo también este dentro de la educación pero no dejo de ser una chica que está como aprendiz y observadora, podría sentarle mal a la maestra. Pero todo lo contrario, como mi tutora es una mujer con mucha experiencia y estoy guardando en mi mente sus técnicas, le comento a la nueva profesional trucos o tácticas que he presenciado. Incluso la busqué un mapa físico mudo para que los niños y niñas rellenen con información y así ahorrarle tiempo.

La verdad es que esto me hace sentir muy bien ya que me ven como una persona más dentro del claustro, me tienen en cuenta para proyectos y escuchan mis ideas. 

martes, 24 de noviembre de 2020

Exámenes y una profe de prácticas.

Mis niños y niñas tuvieron examen de Ciencias Naturales el miércoles 17 y de lengua el viernes 20, estaban bastante nerviosos así que me pidieron ayuda durante los recreos.

Estuve explicando contenidos, preguntando conceptos… Formaron una semiesfera a mí alrededor para atender. Durante unos minutos me sentí como aquellos profesores de la posguerra que atendían a las personas en el campo sentados en la hierba. Cuando tocó el timbre, se sentaron a la velocidad de la luz y fui ayudante de dudas, paseándome por los pupitres a ver su desarrollo durante la prueba. El problema apareció con los resultados. Muchos estaban tan tristes por las calificaciones que lloraban desconsolados.

Me sorprendieron mucho algunos casos: por un lado, teníamos a una niña que comenzó a sofocarse por su puntuación, la cual era 7,5. Decía, entre lágrimas, que ella había estudiado más que otro compañero pero la había superado sacando un 10 y eso hacía que se sintiera mal. Con esto pude comprobar que la competitividad se da ya en primaria, donde un simple número explica si eres mejor o peor que los demás.

Por otra parte tuvimos a una niña que lloró mucho porque había obtenido un 5,6 y, al parecer, su madre la dijo que le quitaría el móvil y la castigaría todo el fin de semana si no tenía un 9. Ella estaba mas preocupada por no tener el teléfono que por la nota como tal.

A otros niños que habían suspendido les comenté que yo también suspendí en su día y que ahora estaba en la universidad y dándoles clase, que no era el fin del mundo y todos tenemos un día malo. Ellos pudieron ver que nadie es perfecto y que, obviamente, deben mejorar en su forma de estudio pero una nota no te marca de por vida. Humanizar el fracaso, hacerlo ver como algo común que debe superarse, también forma parte de nuestro trabajo.